jueves, 13 de noviembre de 2014

Comprensión lectora 1





Texto 1

1. En el año 2011 se incendiaron las Torres del Paine, monumento de la naturaleza considerado
como una de las ocho maravillas del mundo. Los reportes de aquella fecha indican que el
primer equipo que pudo llegar a combatir el siniestro forestal y ecológico arribó doce horas
después de activada la alarma. Un equipo de la Conaf de no más de 28 voluntarios. La causa,
un papel mal apagado que dejó un turista israelita. Las consecuencias, una catástrofe de
proporciones inconmensurables a la flora y fauna y miles de hectáreas arrasadas. El turista
abandonó el país sin pena y sin gloria. Y sin ningún cargo. La corte señaló que no había
formulado cargos ya que “no se determinó el monto de los perjuicios, careciendo por ende, la
acción entablada, de especificación en cuanto su objeto”. Es decir, el daño fue incuantific able.
Y por tal razón el personaje en cuestión recibía a lo sumo una multa.

2. A principios del año 2014, en pleno verano, los incendios de Valparaíso eran visibles a lo largo
de toda la carretera que conduce desde Santiago a la costa. Y la humareda era tan densa –y
peligrosa- que el transito era detenido por horas, tanto en la ruta 68 camino a Valparaíso, como
en la ruta 78 camino a San Antonio. En los últimos meses del año anterior otros incendios
forestales habían llamado la atención de casi todos los veraneantes. Menos de las autoridades
responsables. El incendio cercano a la costa era tan grande que la humareda cubría los cielos
por kilómetros, llegando incluso a Santiago. Aquello era una clara advertencia de los riesgos,
un llamado anticipado a tomar las debidas precauciones para que nadie fuera tomado por
sorpresa.

3. Sin embargo, este sábado, las llamaradas del fuego en Valparaíso, nos sorprendieron a todos.
Pero lo que aparece más asombroso, es que desde que se declaró el incendio -alrededor de la
una de la tarde- no haya salido ninguna aeronave a combatir el siniestro forestal y se haya
declarado “fuera de control” recién alrededor de las ocho de la noche, cuando las posibilidades
de acometer la catástrofe eran casi nulas para todo tipo de aeronaves; cuando las opciones
quedaban totalmente disminuidas para los equipos de voluntarios de bomberos, quienes ya
advertían, peligrosamente, como las lenguas de fuego se acercaban desde los sectores de
industrias forestales hasta el sector urbano, donde habita la mayor densidad de población en
Valparaíso. Parece historia repetida. Solo que esta vez, había viviendas y gente. Mucha gente.

4. Esta vez las alas de la tragedia rozaban donde viven los más olvidados por las autoridades.
Los ignorados una y otra vez por los ojos del crecimiento y del PIB; los que no aparecen en las
estadísticas del “chorreo”, ni en los promedios de los economistas. Los más sencillos, que
aportan día a día con su esfuerzo y su corazón para hacer crecer el verdadero nombre de la
palabra dignidad. 

5. Chile es una loca geografía, como decía sabiamente Benjamín Subercaseaux. Más de la mitad
del país ha sido destruido en los últimos años a causa de diversas catástrofes. Sin haber
entrado a ninguna guerra hemos sufrido secuelas de destrucción una y otra vez. Basta echar
una mirada retrospectiva y revisar. El terremoto de Chillán y el de Valdivia (1960), con su
tristemente famoso “Riñihuazo”, la salida del mar en Puerto Saavedra y en la costa del sur, la
destrucción de Temuco y muchas localidades de la Araucanía. Desde 1985, Santiago junto a
varias otras ciudades, incluyendo San Antonio, ha sido destruido dos veces. En el año 2010
fue devastada una gran zona del país, sumándose a ello un Tsunami de crueles proporciones.
Y qué decir del terremoto del norte chileno, recién este año. El volcán de Chaitén estalló en el
año 2009, después de muchos meses de estar con sus fumarolas encendidas, y sus cenizas
volcánicas atravesaron gran parte de los cielos del planeta, sus huellas polvorientas fueron
visibles incluso desde el espacio. El mismo Valparaíso ha sido afectado con innumerables
incendios, incluso desde la época más temprana, según relatan viejos cronistas.

6. Sin embargo, en medio de este tráfago voraz que ha consumido a Valparaíso, en lugar de
escuchar las voces de quienes tienen poco y todo lo han perdido, en medio de la prodigiosa
ayuda de millares de jóvenes desinteresados, escuchamos los vociferantes emplazamientos de
los representantes del gremio empresarial, altisonantes pronósticos de ciertos notables del
comercio y de la industria, abocados a mantener sus privilegios, sus mercedes y sus parcelas
del poder, su actual estatus quo, oponiéndose a una posible reforma tributaria, que aspira no
más que a levantar y erigir un tipo de sociedad un poco más justa y equitativa. Hace poco uno
de los tantos damnificados sostenía en una entrevista que para volver a empezar solo aspiraba
a “algo digno” y ojalá un poco de “educación”. Es mucho pedir. No es algo medianamente
sensato. Él mismo confesaba, con llanto en la voz, que necesitaba robar agua para vivir.

7. Resulta poco entendible, entonces, que en medio de una tragedia de tal magnitud surjan voces
interesadas más en mantener el emporio de privilegios que aportar con soluciones reales. Que
sea más importante negar las dependencias del Congreso, en lugar de proponer respuestas
avanzadas y que sean plausibles para quienes lo han perdido todo. O que se apresuren a
oponerse a una rebaja de la dieta parlamentaria, cuando siquiera ha sido presentado el
proyecto de acuerdo o se ha votado la mera idea de legislar. No por nada el presidente
uruguayo José Mujica ha criticado en alguna oportunidad a sus “colegas” de ideario y afines
partidarios por vivir como burgueses. El mismo “Pepe” Mujica ha abierto, sin que se lo pidan,
las puertas del Palacio Presidencial para que los mendigos y los necesitados no mueran de
frío. Será aquello algo descabellado para nuestra élite escogida. También en alguna ocasión el
embajador de Gran Bretaña –en nuestro país- se admiraba que sus vecinos y convidados de
alcurnia, conocieran apenas algunos barrios de Santiago. Se sorprendía también que otros
invitados suyos, de las poblaciones La Legua, La Bandera o La Victoria, llegaran hasta el
elegante sector donde se emplaza la residencia diplomática, por primera vez. Algo impensado,
en países como los del embajador. Algunos llaman a esto desigualdad, otros segregación, o
inequidad también. Aun así la voluntad de los más jóvenes está puesta en llegar a ser un país
realmente más amable y solidario. A pesar de las fracturas sociales que aún existen en nuestra
loca y atolondrada geografía.

                                         Emmanuel Garrison, “Chile y nuestra loca geografía humana”.



1. ACOMETER

A) abalanzarse
B) agredir
C) asaltar
D) embestir
E) detener


2. PLAUSIBLE

A) loable
B) meritorio
C) encomiable
D) eficientes
E) reales

3. ¿Cuál es el rol que le adjudica el autor del texto a la clase empresarial y política chilena en
el contexto expuesto anteriormente?


A) El rol de ayudar a los perjudicados por las catástrofes naturales.
B) El rol de proteger los intereses y los privilegios propios.
C) El rol de ser los indicados para levantar al país en tiempos de dificultad.
D) El rol de ignorar la realidad de las clases más pobres de Chile.
E) El rol de promover la igualdad y la cooperación entre las clases sociales.


4. ¿Cuál es la intención del autor del texto anterior?

A) Criticar y exponer la manera en que Chile se distribuye socialmente, segregando y aislando
las realidades entre pobres y ricos.
B) Exponer la realidad de las crisis naturales del país.
C) Criticar la manera en que el gobierno se ha hecho cargo de las crisis naturales y
ambientales.
D) Mostrar la manera en que los jóvenes responden a las crisis nacionales con ayuda y
esfuerzo.
E) Hacer referencia a la diferencia que existe en Chile entre los sectores acomodados y los
más pobres.

5. ¿En qué radicaba la sorpresa del embajador británico?

A) En la desigualdad de la realidad chilena, específicamente en Santiago.
B) En que los chilenos solo conocieran los barrios propios de su realidad socioeconómica.
C) En que los pobladores de barrios humildes no conocieran la embajada británica.
D) En conocer las diferencias sociales entre los distintos barrios de la capital.
E) En el descuido por parte de los gobernantes chilenos ante la desigualdad del país.


6. ¿Cuál es el sentido que le podemos dar al título del texto?

A) Que Chile tiene una geografía accidentada debido a las catástrofes naturales.
B) Que Chile posee una geografía que hace empeorar las desigualdades sociales.
C) Que Chile posee una distribución de su sociedad incoherente con la equidad y la justicia
social.
D) Que en Chile existen distintos tipos de sociedades haciendo del país una geografía loca.
E) Que el país posee desigualdad geográfica lo que acentúa la brecha económica y social.

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