Según
el tipo de realidad que representan, distinguimos:
1.- El
Mundo cotidiano:
Este tipo de relatos se caracteriza por la representación del diario vivir de cualquier persona
en una época y comunidad determinada. Se reconoce por la descripción objetiva y
detallada de los objetos, paisajes, acontecimientos y acciones en donde se
desenvuelven los personajes. La función del narrador consiste
en crear un mundo ficticio en el cual los hechos narrados sean semejantes a los
que se dan en la realidad, o sea, regidos por la causalidad lógica y por el principio
de la identidad.
Es
importante entender que no solamente existe la vida cotidiana que habitamos
actualmente, sino que en cada época ha existido una forma determinada de ver el
día a día. Existen obras que nos muestran mundos cotidianos del pasado y, por
lo tanto, nos dicen algo de lo que sucedía en la época en que se ambientan.
Ejemplo:
“En el siglo XVII vivió en Francia uno de los hombres más geniales y abominables de una época en que no escasearon los hombres abominables y geniales. Aquí relataremos su historia. Se llamaba Jean–Baptiste Grenouille y si su nombre, a diferencia del de otros monstruos geniales como De Sade, Saint–Just, Fouché, Napoleón, etcétera, ha caído en el olvido, no se debe en modo alguno a que Grenouille fuera a la zaga de estos hombres célebres y tenebrosos en altanería, desprecio por sus semejantes, inmoralidad, en una palabra, impiedad, sino a que su genio y su única ambición se limitaban a un terreno que no deja huellas en la historia: al efímero mundo de los olores.”
Patrick Süskind, El perfume
1. a.- El mundo de lo
utópico: Corresponde a la descripción de estados imaginarios,
ideales y perfectos. En
literatura, suele definirse como utopía una novela o ficción en la que se
concibe y describe un estado de las
características antes mencionadas. En estas obras existe un narrador omnisciente.
El tipo de mundo utópico corresponde a la creación de un mundo ficticio donde la
sociedad está ordenada a partir de las proyecciones que en algún momento se
tuvieron de ella. Es un plan o un proyecto que, sin embargo, se representa bajo
las mismas estrategias de verosimilitud con que se construye el tipo de mundo
cotidiano.
Ejemplo:
“Cada
grupo de treinta familias elige anualmente entre sus miembros un
magistrado,
llamado sifogrante en el idioma antiguo y filarca en el moderno. (...)
La
función principal y casi única de los sifograntes está en procurar que nadie se
entregue
al ocio, sino que todos se dediquen concienzudamente a su oficio, sin que,
no
obstante, lleguen a fatigarse como bestias de carga trabajando constantemente
desde
la primera hora del día hasta la noche. Esto sería peor carga que la esclavitud
y,
no obstante, tal es, en casi todas partes, la vida de los trabajadores, excepto
en
Utopía,
donde se divide la jornada en veinticuatro horas iguales, contando en ella el
día
y la noche, y se destinan seis al trabajo: tres por la mañana, después de las
cuales
van a comer; acabada la comida reposan dos horas y luego trabajan otras
tres
horas hasta el momento de recogerse para cenar. Cuentan las horas a partir
del
mediodía. Vanse a dormir a las ocho y conceden al sueño ocho horas.”
Tomás
Moro, Utopía.
1.b.- El mundo
cotidiano de la ciencia-ficción: La verosimilitud de los hechos narrados está dada por un referente pretendidamente
científico, que cumplirá un rol esencial en la trama. Son
relatos que se basan en nuestra sociedad, pero que, por lo general, se ambientan
en un futuro hipotético. Suelen contar con un narrador omnisciente. Los temas preferidos
de la ciencia ficción, aparte de los mencionados, son los androides, el viaje
por el tiempo, la inteligencia artificial, el viaje a otros mundos, la invasión
de alienígenas
a la tierra, etcétera.
El género histórico de la ciencia-ficción, aunque genere un tipo de mundo que no existe en la realidad, está construido como una proyección hacia el futuro del mundo cotidiano y de los desarrollos posibles de la ciencia y la tecnología.
Lekar!...4,5, aún sigues vivo...puedo
verte...será mejor que huyas o voy a tener que matarte, a menos que estés vivo
no puedes jugar, y si no juegas...6,7, ir al infierno, ir al cielo...bien así
me gusta. Esto duele, ha sido algo irracional, sin mencionar el comportamiento
antideportivo. A dónde vas?...es toda una experiencia vivir con miedo, verdad?
Eso es lo que significa ser esclavo. (...)
Yo he visto cosas que vosotros nunca
creeríais, atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos C brillar
en la oscuridad cerca de la puerta de Tanhausser, todos esos momentos se
perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia, es hora de morir."
Philip K. Dick: ¿Sueñan los androides
con ovejas eléctricas? (1968)
2.- El Mundo Onírico o fatástico: Se
habla de “onírico” porque esta clasificación engloba a todas las obras que
configuran un mundo representado que quiebra en algún momento con la lógica en
la que vivimos diariamente, para dar paso a una lógica similar a la que se
estructura en los sueños, donde los hechos más increíbles y hasta absurdos son
posibles. Cada vez que encontramos un texto en que algún hecho nos provoca la
sensación de extrañeza, y de que aquello no sucede en la “vida real”, estamos
frente a un tipo de mundo onírico. Un cuento, por ejemplo, en el que el
protagonista se transforma repentinamente en lobo, quebrando nuestras
expectativas lógicas, evidencia la configuración de este tipo de mundo.
Era otra vez el Conejo Blanco, que volvía saltando poco a poco y mirando ansiosamente a uno y otro lado como si estuviera buscando algo. Alicia oyó que mascullaba para sus adentros: "¡Ay, la Duquesa! ¡La Duquesa! ¡Por vida de mis queridas patitas! ¡Ay de mi piel y de mis bigotes! ¡Estoy tan seguro de que me mandará ejecutar como de que los grillos son grillos! ¡Dónde diablos puedo haberlos dejado caer! ¡dónde, dónde!". Alicia adivinó al instante que lo que estaba buscando eran el abanico y el par de guantes blancos de cabritilla, y con la mejor disposición se puso ella también a mirar por todas partes, sin resultado alguno, pues no aparecían por ningún lado.
Lewis Carroll: Alicia en el País de las Maravillas, Editorial Alianza, Madrid,1984.
3.- El
Mundo Mítico: Los mitos son relatos
orales de carácter anónimo propios de los tiempos originales de las distintas
sociedades que perviven en la actualidad. De este modo, los antiguos se
explicaban sobrenaturalmente la creencia y existencia de todo aquello para lo
cual no había una explicación racional.
Ejemplo:
“El
día en que Yavé Dios hizo la tierra y los cielos, no había sobre la tierra
arbusto
alguno,
ni había brotado aún ninguna planta silvestre, pues Yavé Dios no había
hecho
llover todavía sobre la tierra, y tampoco había hombre que cultivara el suelo
e
hiciera subir el agua para regar toda la superficie del suelo.
Entonces
Yavé Dios formó al hombre con polvo de la tierra; luego sopló en sus
narices
un aliento de vida, y existió el hombre con aliento y vida. Yavé Dios plantó
un
jardín en un lugar del Oriente llamado Edén, y colocó allí al hombre que había
formado.
Yavé Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, agradables a la vista
y
buenos para comer. El árbol de la
Vida estaba en el jardín, como también el árbol
de
la Ciencia
del bien y del mal.”
Génesis,
2, 4–9
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